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Fragmento -Cristales Rotos-

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Entró en el taxi vacío que le quedaba más cerca. Se apresuró a entrar y cerrar rápidamente la puerta. Se acomodó en esos asientos de cuero negro tan cómodos y miró al taxista, un hombre de cabello y bigote ya blancos. Su cabeza estaba tapada por su sombrero negro, seguramente debía estar bastante calvo ya que mostraba rasgos de estar en una edad avanzada. Giró su cabeza hacia ella y le dijo amablemente:
- ¿A dónde la llevo, señorita?
- Lléveme a Lunedi Street, en Arinsmu.
- Entendido. No se preocupe, llegaremos allí en unos 40 minutos. Tomaré la vía más corta, se lo aseguro.
El taxista arrancó el taxi y avanzó por una estrecha calle.  Al salir de ella, fue a parar a la calle principal, llena de tráfico, peatones y luces. Las luces de las farolas se reflejaban en las ventanas del taxi y en la cara de Azara. Miró hacia el cielo y vio la luna llena, que a veces se escondía entre los edificios altos de la ciudad. La observó durante escasos minutos y luego fijó su mirada hacia delante. El amable conductor la miró un momento a través del retrovisor.
- Que noche más fría, ¿verdad señorita? Disculpe mi osadía, pero ¿podría preguntarle que hace una jovencita cómo usted tan tarde en Barún? ¿Cuál es su oficio, jovencita?
Al preguntarle por su oficio, supuso que no sabía quién era. Los rumores no debieron llegar aun a Barún. En parte pensó y se alegró.  Se puso seria, recta y le reveló su nombre. Acto seguido,respondió:
- Probablemente no haya oído hablar de mi, pero hace unos días detuve a dos ladrones, miembros de la mafia en Arinsmar. Por lo que, después de ver mis facultades, he sido invitada al cuartel general de la policía secreta, quién sigue la pista a pasos cautos desde hace tiempo a la mafia. He sido contratado por mis servicios, y ahora ejerzo de detective. Hoy he sido instalada en un despacho propio, y además vuelvo del cuartel general.  Espero que esta información quede entre nosotros, buen hombre.
- Así que… eras tú. Ciertamente, llegaron rumores en Barún. Pero muy flojitos, poca gente los ha oído. Hablaban de una muchacha que había arrestado a dos miembros de la mafia. Jamás me imaginé que fueras tú.
- Pues si, ahora tiene delante a esa mismísima muchacha.
El conductor adoptó una pose seria y dijo:
- Ándate con ojo. Esa gente no hay que tomársela en broma. Juega sucio y no les importa estar siempre con las manos manchadas de sangre, ya sabes a lo que me refiero. Este no es trabajo para una jovencita, aunque te las hayas apañado una vez. Es mas, ahora es cuando tu vida entra en juego. Si se enteran, sabrán de tu existencia. Puede que ya lo sepan. E irán a por ti.
- Gracia por su preocupación – respondió ella plácidamente- pero ya se han encargado de eso. Ahora tengo otra identidad secreta. Además, mi nombre no ha salido publicado y tampoco se menciona en los rumores, a excepción de la gente de mí alrededor que presenció el suceso, pero aun así son cautos, te lo aseguro. No sacarán el tema. Tampoco saben mi aspecto, y si por algún casual se enteran de los dos tipos… - hizo una pausa y pensó – no creo que me hayan visto bien la cara. Escondí mi rostro.
Ciertamente, eso era mentira, le vieron perfectamente su rostro. Aun recordaba esas palabras en su cabeza:
"Pero…. ¡Si es clavada a la jefa!"
Esas palabras… Aun no las entendía. Si de verdad era muy parecida a la persona que dirigió los movimientos de aquella operación, la superior de aquellos tipos, probablemente nadie de la mafia les creería.  No creía que contasen nada de su aspecto si tenían oportunidad. Probablemente mentirían diciendo que no habían visto su rostro como ha hecho ella ahora.
- Entiendo. Supongo que no habrá problema entonces - el hombre contestó no muy convencido.
- Aun así ten mucho cuidado, sobretodo en las calles a estas horas.
Alargó su mano para rotar el botón que encendía la radio y sintonizó la cadena de música que tanto le gustaba a ella. Dejando de pensar en ese tema, se relajó escuchando la música,  dejando este mundo para estar en el del jazz. El resto del viaje transcurrió tranquilo, sin ninguna otra conversación. Recién entrando en Arinsmu, Azara se apresuró a recoger sus cosas. Se fijó en el cruce que venia a continuación y dijo:
- Ahora gire a la izquierda. Por aquí también se puede llegar, y este camino es más discreto que pasar por el pueblo.
- Como usted guste – respondió el conductor. – Sin ningún problema.
El coche giró a la izquierda y avanzó poco tramo para luego subir por una larga calle industrial. Habían llegado a Lunedi Street. Pararon más adelante, dónde apenas había fábricas.
- Aquí es.
- De acuerdo. Son 30 lazos.
Buscó en su bolso la cantidad exacta de dinero y se la dio al hombre con una sonrisa.
- Aquí tiene. ¿Con quién he tenido el placer de conversar?
El taxista se ajustó la gorra y dijo:
- Rasper, señorita, Elliew Rasper.
- Un placer señor Rasper. Espero verle más a menudo en el taxi que elija para volver a casa.
- El placer es mío – dijo esbozando una gran sonrisa
Os paso aquí un fragmento de lo que será una de mis próximas historias, que tengo en mente; "Cristales rotos", a ver que os parece.
Este sería uno de los proyectos que tengo pensado hacer después de Dungen Gaia.

Nota: esta historia está basada en un sueño (xD si, yo y mis sueños), y por lo tanto, los sitios son reales, pero altero el nombre de estos.
Además el lugar ficticio es una mezcla entre Inglaterra del siglo XX y el mundo actual; un mundo en transición.
©Lionwoman

Aquí encontraréis un fragmento del Primer Capítulo del relato que transcurre antes de este framento:
<< lionwoman.deviantart.com/art/C… >>
Comments14
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Valdevia's avatar
Mola :) Fijo que Rasper es el malo